martes, enero 17, 2006

St-Up

¿Por qué no funciona el stand up comedy en Chile?

a) Decir verdades no le causa gracia a nadie. Que Bianchi o JC Rodríguez hablen de su fealdad provoca más lástima que risa. Ok, entre la lástima y la risa hay una frontera muy fina... Pero entre Berlín oriental y occidental también había una frontera igual de fina y no era lo más jocoso del mundo.

b) Coco Legrand. El tipo hizo lo suyo. Antes de vestirse como Harley-Davidson-Man-visita-al-geriatra, disectó un par de personajes que venían del imaginario social (el hippie, el yuppie... el hippie, el yuppie... etc etc). El experimento funcionó un buen tiempo. Pero si al mismo personaje le atribuyes siempre el mismo chiste, terminas pudriendo el acto y cada vez que lo saques del baúl el único que se va a interesar por él va a ser un forense. Digamos, un CSI nivel 3.

c) Chile chico. La Meca del stand up comedy, Estados Unidos (¿valía la pena decirlo?) tiene 300 millones de giles, es una cacerola racial, y vive bajo ese gran axioma de “más vale pedir perdón que pedir permiso”. Apuntas contra cualquiera, te responden con una demanda, la sociedad reacciona, los medios venden, los abogados trabajan, todos ganan. Descuentas la plata que ganaste y le restas indemnizaciones, juicios, costas, inserciones en periódicos... Y EL RESULTADO SIEMPRE SERÁ POSITIVO. En nuestra microsociedad, donde todo es considerado ofensa, simplemente actuamos con la autocensura tatuada en el cerebro. Y a falta de personas sobre las cuales burlarse, volvemos al punto a).

d) La tele siempre prefiere a las minas en pelota que a los sujetos que se ganan la vida con monólogos. Ergo, hay que poner minas en pelota que hagan monólogos. Pero aquí vamos a estar fomentando la masturbación y no el stand up.

e) Falta subvención estatal al stand up.... absurdo. Imagínate postulando al Fondart por tu apolillada rutina del futbolista que viaja dos semanas a España y vuelve hablando como Amaro. Viejo, siempre hay cosas más inútiles que financiar.

f) Desconocimiento del formato. Mira, si seguimos al dedillo los manuales gringos tipo “Stand up comedy for dummies” llegaremos a procesos tipo: “divida una hoja en tres columnas. En la primera escriba sus preocupaciones. En la segunda, las cosas que le preocupan. Y en la tercera, cosas que lo asusten.”. Ya. Por lo demás, en LA SEGUNDA nunca aparecen cosas que me preocupan, y LA TERCERA, salvo por sus adquisiciones hostiles, no es algo que me asuste. En fin. La receta es tan impracticable y boba como el punto e).

g) No hay lugares para trabajar. Apenas hay dos o tres tugurios para nuestros esforzados músicos. Y al menos a ellos, además de sonarles las tripas, les suenan los instrumentos. Quitarles eso, sería criminal.

Lo único que queda es inventar una carrera universitaria. Tiempo, plata y lugares sobran. Actualmente cualquier pelotudo hace clases. La categoría de académico tiene el mismo valor que el closet de Evo Morales. Tarea para la casa: hágame una rutina de 5 minutos sobre el closet de Evo Morales. Después mírate al espejo.