sábado, junio 23, 2007

CALENTAMIENTO GLOBAL - JUNIO


TRES(MIL) SON MULTITUD

Lo más fácil en estos casos es culpar al invierno y los problemas de calefacción. Un ilustre empresario pretende comercializar la Coté-estufa, que tiene dos gracias: funciona con una mezcla de parafina y ron, y mejor aún, no sólo te calienta a ti, sino al vecino. Si al tipo lo califican de oportunista y maquiavélico, tiene una gran excusa: ella se lo buscó.
Coté es parte fundamental de esa farándula rasca que nos da de comer a todos los medios por estos días y que obedece al nombre de bed set. Este universo promiscuo está conformado por futbolistas que calientan la banca y modelos que no pisan, al menos, las pasarelas. En ese círculo vicioso, se repite el nombre de Pinilla, también conocido como Roma: tuvo su apogeo, su gran decadencia y, al final, todos los caminos llegan a él.
Deberíamos sacar ventajas del muchacho para fines mercantiles. Por ejemplo, se podría hacer un Pinitour por Santiago. El recorrido comenzaría por un circuito de discoteques (que parte y acaba en Kmasú), luego pasaría por ciertos moteles y terminaría en el aeropuerto. Se le puede incluir una cata de roncolas, una ducha de agua oxigenada y una clase de geometría especializada en triángulos. Advertencia: este tour no incluye ninguna cancha de fútbol.
Volvamos a Coté. Los más rudimentarios la están proponiendo como entrenadora de la selección, porque no hay nadie que conozca mejor el camarín. Pero el tema es otro: los resultados futbolísticos y, en definitiva, la alegría de todo un pueblo, pende de un escote. Y eso debería preocuparnos, incluso más que las vejaciones y los males de ojo que ha sufrido la víctima de esta historia: el mago Jiménez. El es la encarnación de todo hombre cuya postura de argollas coincide con su postura de cuernos.
Como toda gran historia de la humanidad, ésta también tiene su apocalipsis: la muerte de Mekano. El programa, que hasta ahora había funcionado como el harem oficial de nuestros atletas, se consumió y dejó a una tropa de futbolistas evaluando la extinción de su raza. Como ya sucedió en la Era Glacial, los muchachos deberán buscar el pasto tierno en otras latitudes.

JP

Calentamiento Global (Mayo)

Al cierre de esta edición, Cecilia Bolocco estaba siendo sometida a una de las peores cacerías humanas de las que se tenga recuerdo. Se la ha tratado como a una cualquiera por estar haciendo en el patio de su casa lo que todos deberíamos hacer con más frecuencia y no sólo para exigir aumento de sueldo. Antes se le reprochaba su adicción a los manuales de autoayuda. Ahora que ella ayuda, se la critica más. Incluso la convirtieron en una de las atracciones turísticas de Miami, ciudad a la que, por cierto, le sobran atracciones turísticas. Cito al guía de alguna expedición: “esa es una balsa, esos son cubanos, esos son tiburones y esa que ven allá es Cecilia Bolocco enchufada a su novio”.
Me preocupa qué va a pasar con el pequeño Máximo, que a estas alturas debe creer que su madre es una cortesana (y después creerá que su padre es inmortal). El próximo año el retoño de Cecilia entra al colegio: espero que no sea sometido al mismo escarnio que su madre. Ya sabemos que los niños son crueles y no sólo se transforman en matones en miniatura: ahora lo publican en youtube.
Cuando las tías –o misses, en este caso- le pidan que describa a su familia, él seguramente dirá “somos yo, mamá y papa-razzi”. Cuando aprenda a escribir, frente a la típica composición de “Mis vacaciones”, el muchacho relatará, con inocencia: “Estuve en la casa de Miami. Me bañé en la piscina. Tomé mucho helado. Mi mamá se disfraza de Barney cada vez que sale al balcón. Hay otro señor. En la playa habían 45 lanchas.” Y eso hasta que empiecen las reuniones de apoderados. Ahora, al menos, no faltarán los papás.